El templo es muy bonito, pero la experiencia muy decepcionante. En el check in no dan información del templo, te informan de horario de cena, desayuno y ceremonia, sin más. Las habitaciones están en fuera del templo, por lo que a las 17. No hay ningún tipo de contacto ni actividad para hacer ni te ofrecen info. La cena y el desayuno no explican los alimentos ni cómo tomarlos (de la cena hubo un niño chillando por la sala, bastante decepcionante), la cena muy bueno todo y el desayuno cositas más extrañas para nuestro paladar. La instalación muy básica, la almohada es la muerte, el kimono super antiguo, la zona de agua, solo interna muy básica. La ceremonia interesante, pero te dan un folio explicativo al final de la ceremonia (deberían darlo antes) y el Monge está casi 15 minutos hablando al final y es en japonés, no entiendes lo que dice, una pena que no traduzcan porque parecía muy interesante! Nosotros no volveríamos.
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