Hotel Rural Las Calas

Es ist schon seltsam wenn mal bei Anreise vor verschlossenen Toren steht. Als wir uns dann telefonisch endlich Zugang verschafft hatten, waren wir mutterseelenallein. In Nachhinein betrachtet wären Infos über den Ablauf vor Ort durch den Reiseanbieter, TUI, schön gewesen. An nächsten Morgen wurden wir dann von einer sehr netten Mitarbeiterin informiert, das eigentlich nur zum Frühstück und dem anschließenden Zimmerservice jemand im Hotel sei bzw. Abends wenn jemand Essen gebucht hat. Und ab und zu käme ein Gärtner. Kannten wir so noch nicht war aber ok. Top: - super saubere Zimmer, bin Hausstaub Allergiker, leider etwas dunkel - schöne Anlage, tolle alte Gebäude - deshalb wahrscheinlich so dunkle Zimmer 🤗 - die Ruhe, wir waren mehrere Tage die einzigen Gäste 😎 Flop bzw nicht ganz so toll: - das Frühstück war schon sehr einfach, wie meist zuhause immer gleich - im Ort ist NIX - zum Abendessen muss man schon etwas Fahrzeit investieren, siehe meine separate Bewertungen von Gaststätten. Und NICHT auf die Öffnungszeiten von Google vertrauen. Die stimmten meist nicht. - die Verkehrsanbindung. Ohne Auto ist man aufgeschmissen. Busse fahren zwar recht häufig aber darauf haben wir uns noch nie verlassen. Alles in allem war’s schön, anders und hat Spaß gemacht. Nur leider ist und wird Gran Canaria nicht unsere Insel.

Ein nettes kleines Hotel. Sauber, schöne alte Anlage mit einem eigenen Charme. Absolut urig, dass Abendessen. Man erfährt am Morgen was es gibt. Immer Abwechslungsreich. Kein Sterneschickimicki. Ehrlich und lecker gekocht. Für uns genial.

Hotel rural idílico, donde se respira una tranquilidad absoluta. Totalmente recomendado para los que huyan de masificaciones y ruidos. Está dividido en diferentes espacios y rodeado de jardines muy bien cuidados. Tiene piscina para poder refrescarse en tiempos de calor, como los que nos tocó en éstos días de ola de calor en toda la isla. Estuvimos de lo más tranquilo, ya que aparte de nosotros, cuatro de familia, se alojaba una pareja muy agradable con su mascota que ni se notaba su presencia de lo bien que se portó, ni un ladrido en toda la estancia!!!! Muchas gracias tanto a Magüi, la propietaria, como a Marylin, que nos atendió tan bien en los desayunos. Ésta experiencia la repetiremos, en otra época del año.

Este hotel rural aprueba por los pelos, por su ubicación y ser un edificio bonito, por lo demás le doy un 4 .Habilitación con mal olor (tabaco) y no muy limpia.Encontré enseres del huésped anterior.En la noche, aunque es ambiente rural, vienes por la tranquilidad, y varios perros vecinos ladrando toda la noches... no mola.Desayuno escueto, para lo q pagas.Enfin, no volveré.

Reservamos la suite para el fin de semana y muy a nuestro pesar la estancia dejó mucho que desear. La “suite” que nos dieron, oscura, fría y con los sofás sucios no estaba a la altura. La calefacción de la habitación no funcionaba. Avisamos que no funcionaba desde la primera tarde, la dueña, Magüi, nos dió largas, excusas y seguía sin funcionar. Cuando la volvíamos a llamar para decirle que aún no funcionaba, nos discutía y nos contestaba fatal, súper déspota y maleducada. Lo peor, es que nos dijo desde el principio que si funcionaba, que sería un problema de la caldera. Aunque luego el técnico nos dijo que estaba apagada por ahorro. Mentiras y largas que nos terminaron de enfadar y decidimos marcharnos perdiendo la ultima noche. Lo que iba a ser un finde de relax y desconexión, se convirtió en un finde incómodo, pendientes de avisar de un problema que no solucionaba y encima soportando las malas contestaciones y actitud de la dueña. El desayuno pobre y muy sin más. Además de todo eso, las instalaciones descuidadas. Es una pena, porque la casa y su arquitectura es bonito, con toques modernos y disposición buena. Así que tiene potencial, pero le faltan más cuidados. Lo único destacable del sitio los trabajadores, que fueron un encanto en todo momento, súper cercanos y preocupados por el bienestar de los clientes.