Paraje del Asturcon - Adults Only

Un lugar soñado, rodeado de naturaleza, paz, una vista única de los picos de Europa y del pueblo de Ribadesella. La atención personalizada es increíble... Es un lugar perfecto para descansar en pareja, familia o solo! Absolutamente recomendable!

El hotel está en una ubicación maravillosa. Las instalaciones muy bien y el desayuno muy correcto. El anfitrión muy educado aunque muy encima del cliente, demasiado. Seguro que con la mejor de las intenciones. Sitio muy recomendable!!..

Increible estancia, para quien quiera estar en medio de la naturaleza, con unas vistas de Ribadesella y su entorno espectaculares. Habitaciones espaciosas y muy cómodas. Decorado con un muchísimas antigüedades. Su dueño Eduardo, nos aconsejo muchos lugares para ver en las cercanías y buenos lugares para disfrutar de la gastronomía Asturiana.

The hotel is very nice and the location is wonderful. The room that I had was fine with great views; On the other hand, the uncomfortable bathroom, the half bathtub with a curtain and the towels could not be worse. The precarious breakfast, the orange juice from the bottle! If they corrected these mistakes, it would be perfect

Hemos estado varios amigos en el Asturcon pasando unos días. Ha sido una experiencia estupenda y recomendable. Desde el primer momento Eduardo, el dueño, nos recomendó lugares para visitar y restaurantes donde hemos comido de lujo. El trato ha sido muy cercano y nos hemos sentido como en casa. El hotel tiene unas vistas espectaculares, 100% recomendable. Volveremos.

El hotel es bonito y tiene unas vistas preciosas, hasta ahi no vamos mal. Sin embargo, el servicio es pesimo, Eramos un grupo de amigos deportistas y todos nos hemos topado con algun problema. El dueño, Eduardo, es un tipo malencarado y a la defensiva que niega cualquier peticion que se le haga, por nimia que sea. No se pueden guardar las bicicletas, no se puede cambiar la distribucion de habitaciones, da igual lo que le pidas. La cena fue un triste plato de macarrones que con bebidas (una cerveza y no todos) nos costó 24 euros (los macarrones más caros de la historia). En el desayuno pedimos miel y nos trajo un bote del siglo pasado y despues de servirnos se lo llevó para guardarlo y que no pudieramos repetir. Las habitaciones estan bien, aunque las toallas son de antes del diluvio y las bañeras enanas. En suma, un hotel con encanto que estará fenomenal cuando cambie de dueño. Mientras tanto, abstenerse. En fin todo son malos modos y nula amabilidad. No lo recomiendo