Hotel EO

Recomendable aunque, eso sí, si no hay viento, dado que la palmera que tiene delante el hotel está totalmente abandonada, sin podar desde hace muchos años. Además de hacer un ruido ensordecedor, peligra la seguridad del que pase su lado. La verdad que está a juego, con abandono similar, con los jardines municipales situados justo delante del hotel.

Estuvimos en ese lugar en agosto, la música ambiente te transporta a otra época pero no desentonaba con el conjunto de escenario. La señora de recepción muy agradable y atenta. El servicio de limpieza muy dispuesto y amables. Si hablamos de parking es libre siempre que encuentres sitio en la calle; porque no tienen. Si hablamos de piscina no tienen según la recepcionista. Aunque desde la terraza viéramos una con aguas cristalinas y en el fondo grabado con azulejos el nombre del hotel. No pudimos acceder a ella pues no pertenecía al hotel. Eso fue una sorpresa. El aire acondicionado funcionaba, pero no enfriaba . En recepción a partir de las once de la noche nada. El señor mayor de recepción desagradable,si no atiende al público mejor.

El hotel está muy bien. El piso del cuarto está un poco descuidado pero el cuarto es espacioso y tiene camas separadas, tiene una vista espectacular hacia el mar. La alberca es privada y el buffet no está incluido. El hotel en general es un poco antiguo.

Muy limpio y cuidado, vistas fantásticas, piscina, etc. los dueños muy agradables y educados, un hotel muy cerca del centro y la ría. Fácil encontrar aparcamiento gratuito por la zona. Recomiendo si quieres pasar unos días de verano en Galicia.

Un poco oscuro y con olor a cerrado y humedad (sobre todo el interior de los armarios). La iluminación de las áreas comunes muy pobre . Se oían los ruidos de las tuberías de otras habitaciones. Nos dieron una habitación con una ventana pequeña y ruido continuo del cuadro de electricidad. La ducha a ras de suelo que se mojaba todo el baño. Definitivamente necesita una reforma profunda.

Un hotel que cumple con lo que es su cometido, las habitaciones estan limpias, reformadas y son amplias. Se hecha de menos una cafetería o en su lugar unas máquinas donde podes comprar un agua. Es cierto que esta muy cerca de todo andando. Las habitaciones con vistas a la ría tienen vistas a la misma. El personal es muy amable.