Hotel Cal Rei de Talló

Una maravilla de hotelito. Pequeño hotel de pocas habitaciones, trato familiar, todas las facilidades y habitación estupenda. Desayuno espectacular. Probamos el restaurante las 2 noches que estuvo abierto y fue un acierto. Las otras noches que estuvo cerrado el restaurante nos facilitaron el espacio de comedor para que pudiésemos cenar.

Es un hotel de montaña. Las habitaciones son muy acogedoras con paredes de Piedra y Madera. La cama era excelente, cosa que no siempre ocurre cuando vas de viaje. El restaurante , relacion calidad precio, excelente y los vinos a un precio mas que razonable.

Se tiene que apreciar sin duda l’amabilidad de Xus i Javi, intención ponen y siempre están dispuestos a darte un consejo o enseñarte rutas por la zona, así como su cariño hacia nuestro perro. El hotel ya es otra cosa…para ir a dormir no está mal pero siempre que hagas una parada rápida. La habitación está bien, cama de matrimonio, baño privado, pero sin posibilidades de darte un baño ya que no dejan la tapa para la bañera, en la web ofrecen vistas a la montaña pero lo que nos hemos encontrado ha sido vistas a la casa de enfrente…y si pillas un finde con niños ya ni dormir puedes…(aunque eso no es culpa suya). El problema está en el desayuno, hay tres turnos y el último ya casi no queda nada, nosotros escogimos el tercer turno y no nos dieron opción de cambiarlo…así que asegúrate de pillar el primero si quieres comer variedad. Y lo que peor sienta ha sido el precio, sinceramente para mi gusto bastante caro para lo que es en conjunto.

Hemos ido en el puente de Febrero. Hay que destacar la atención de Txus y de Xavi, son muy agradables. Llevabamos un perro de 9 meses y nos han dejado estar en el comedor con él. La habitación estaba muy limpia, y no se escuchaba ruido por lo que hemos podido descansar mucho. Las cenas del hotel están deliciosas, productos caseros y de proximidad. Espero volver en otra ocasión, nos ha encantado la zona llena de rutas y pueblos , y el hotel.