La Casona de Mestas

Espectacular casa en el concejo de Ponga para el descanso. Estuvimos tres días y la verdad q me hubiera quedado toda la vida entre el canto de los pájaros y el arroyo q pasa es la melodía perfecta para descansar. Las habitaciones son un poco pequeñas pero ideales para descansar. El restaurante genial, la comida abundante y muy rica. Lo principal la familia q lo lleva son estupendos y su Golden que era uno más muy majicos.

Habitaciones correctas, espacio ajustado y sin televisor, anticuadas, pero limpias, cama cómoda. Algunas noche subía olor a fritanga a la habitación (sugiero pedir de las que dan al río para evitar este inconveniente). El entorno espectacular, de lo mejor, y las vistas al macizo de la montaña, espectaculares. Tiene sauna y balneario, de pago aparte, con aguas termales (fresquitas). También anticuados, como de otra época, pero echamos un rato agradable y después nos bañamos en el río. El restaurante caro para lo que se ofrece. En resumen, un lugar aceptable, agradable aunque anticuado y con ciertos inconvenientes (olor a comida en las habitaciones) en un entorno increíble.

No recomendado para personas civilizadas y con un mínimo de educación . Si quieres hospedarte en un complejo donde no te respeten y te traten mal este es el lugar idóneo . El dueño es un señor altanero y mal educado que desde el primer momento nos trató al golpe, fuimos por una noche y acabamos pagándola y marchándonos a otro lugar . La habitación llena de moscas y mucho olor a Frito del restaurante Nuestras vistas eran la caseta de un perro de un patio lleno de cacas y un poco de montaña El dueño no puso solución, se tomó mal cuando dijimos que la habitación olía muy mal y que habían muchas moscas . Nos cobró igualmente y nos dio igual, solo queríamos marcharnos . La limpieza deja que desear y la ubicación coincido con muchas opiniones de aquí, paraje natural De resto, si tienes un poco de nodales y educación, este no es tú lugar. Nunca mas volveré a este lugar

El recepcionista del hotel muy poco profesional, atiende con prisas y de malas formas. La habitación olía mal y llena de moscas. Vistas a un muro. Tras ver qué era insoportable el mal olor de la habitación decidimos irnos, lo cual el recepcionista, que es el propietario del hotel, no nos pidió disculpas, no nos ofreció otra habitación y por si fuera poco, nos trató con desprecio.

Hotel sin excesos ni lujos pero emplazado.en un lugar muy tranquilo y agradable.Habitaciones y baños adecuados, remodelados hace ya unos añitos.Colchones y almohadas en condiciones. La estancia fue cómoda y el personal es atento, sin lugar a dudas. El restaurante está genial.Carta está dar de.productos asturianos.No os perdáis la carne local. Al loro, aguas termales (fresquitas) con sauna.Precio aparte.Sueles estar solito.un detalle más para no olvidar la estancia.