madominguez
August 31, 2024
Hotel penoso en todos los sentidos, que nos ha “gustado” tanto, que teníamos una reserva para dos noches, las del 28 y 29 de agosto y nada más pasar la primera noche, el jueves por la mañana, nos fuimos. El resultado: una noche en una habitación miserable en todos los sentidos por 180 € (sin desayuno), ya que el precio era de 90 € por noche. Cometí un error al reservar, cosa que reconozco. En otras ocasiones hemos reservado en el hotel “Imperion” (al lado justo del Puente Romano de Cangas de Onís), durmiendo en una habitación concreta, que nos gusta. Al hacer la reserva, con intención de hacerlo en el mismo hotel, tonto de mí, vi en el portal en el que reservamos, al mirar en Cangas de Onís, buscando el hotel de siempre, el hotel “Puente Romano”, con una imagen de un edificio rojo, prácticamente idéntico al “Imperion” y reservé en él, con la cuestión de que me indujo a error el nombre del hotel y la proximidad al Puente Romano (el Hotel Imperion está más cerca de él). Ahora veo que la confusión, como me ha ocurrido, es muy fácil. La dirección de ambos hoteles, que en ambos nos dijeron “somos los mismos”, es c/ Puente Romano, s/n., los dos, y están a 45 metros uno de otro. Al reservar les puse una nota que indicaba: “Buenos días. ¿Sería posible, si estuviera disponible, que nos asignaran la habitación de la primera planta que está en la esquina y tiene una pequeña terraza...? Muchas gracias por adelantado en cualquier caso y hasta el miércoles”. El hotel nos respondió inmediatamente: “Buenas tardes. Tendremos en cuenta su petición para intentar asignarle una habitación con caracteristicas similar a poder ser. Un saludo.” A la vista de mi mensaje, hubiera procedido que me hubieran contestado que creían que había una confusión, ya que ellos no tienen habitaciones como yo demandaba. Al llegar este miércoles sobre las 20h a “nuestro” hotel, el Imperion, donde creíamos haber reservado, constatamos que no teníamos allí ninguna reserva, enviándonos ellos al hotel Puente Romano. Allí nos dieron la llave de la habitación 205, en la segunda planta (no en la primera como yo había pedido), por supuesto sin terraza, ya que no disponen de habitaciones con terraza... Se trataba de una habitación minúscula, fea donde las haya, vieja donde las haya, que no tenía sitio ni para dejar la maleta abierta en ningún sitio, sin limpieza. Aparte de la cama, había un pequeño silloncito para los dos y una pequeña mesa ocupada por una pequeña televisión que ni se oía ni se veía correctamente. En lugar de la demandada terraza, la habitación no tenía ni ventana, tenía un auténtico “ventanuco”. Mi maleta tuve que dejarla en el alfeizar de la ventana, para poder abrirla. En la habitación hacía un calor de mil demonios, pero… ¡¡¡Eureka, tenía en el suelo un ruidosísimo ventilador de pie, marca España años ’70 para solucionar el problema, con el que era imposible dormir por el ruido, al igual que el que venía de la calle. Bastantes pelos en la horrenda y poco práctica media bañera
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