El hotel es pequeño, pero acogedor con buen detalle en la limpieza e instalaciones bien conservadas. Valentina brinda un servicio excepcional, estuvimos en fechas complicadas por feriados y ella nos ayudó a reservar para cenas y comidas, evitando así tener inconvenientes.
Su desayuno incluído es en una cafeteria que pertenece a su grupo y es bueno, sin mencionar que su pan es DELICIOSO.
Se encuentra exactamente pasando el arco de piedra que da entrada al centro de Montepulciano, por lo que la ubicación también es excelente.
El único pero que le pondría, pero no es algo que me impediría volver, es que no cuentan con elevador y sus escaleras son pesadas de subir y más con maletas. Pero si eres una persona con algunas limitantes físicas o de edad avanzada, tal vez esto si pueda ser alto que quieras tener en consideración.
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