Quinta de San Amaro Rias Baixas

Oase der Ruhe Rezeption: Sehr freundlich, Hilfe mit dem Gepäck: Rezeption, Restaurant, Zimmer sind auf mehrere Gebäude verteilt Lage: Fantastisch, auf einem kleinen Hügel mit Blick auf die Weingärten und der Ruta de Vino de Rias Baixas, nur wenige Häuser in der Umgebung, dennoch nicht weit von der Autobahn, in beide Richtungen nach Ponteverdra oder Vigo ca eine halbe Stunde Autofahrt. Kleiner, attraktiver Aussenpool. Zimmer/Bad: Geräumig, rural eingerichtet, mit Holzbalkon, sehr sauber. Jeden Abend kommt das Zimmermädchen mit Wasser und einem kleinen Schokobonbon. Frühstück: Gutes Buffet im gemütlichen Restaurant Parken: Privater, geschlossener Aussenparkplatz. Steile, enge und kurvige Anfahrt. Das Gepäck muss vom Parkplatz über einen relativ steilen Zugang zum Hotel und von dort über zahlreiche Stufen ins Zimmer gebracht werden. Es empfiehlt sich im Hotelrestaurant zu essen, da die nähere Umgebung nicht viele Alternativen bietet. Das Essen war sehr fein, wenngleich etwas höher im Preis als der Durchschnitt. Familien mit Kindern scheinen willkommen zu sein. Ein wunderbarer Aufenthalt auch wegen des heimeligen Flairs. Geheimtipp!

Für uns war das feine Hotel eine richtige Oase der Erholung! Die Zimmer sind nicht sehr groß, dafür mit viel Liebe zum Detail individuell gestaltet. Das Personal ist sehr freundlich und hilfsbereit. Besonders erfreulich: tolles Frühstücksbüffet und ein sehr gutes Restaurant. Eine Reservierung ist zu empfehlen, da sich das Restaurant großer Beliebtheit erfreut. Da sich das Hotel auf einer Anhöhe befindet, hat man einen wunderbaren Blick auf die hügeligen Weinfelder — einfach herrlich. Wir kommen gern wieder!

Excelente hotel en Meaño. Es un lugar pequeño pero con grandes detalles en cada rincón. Un placer para los sentidos. Es un lugar para desconectar del ruido y del estrés, para disfrutarlo sin prisa. A la llegada pensé que seria un error porque no me di cuenta ni pregunté que no tenían ascensor y tengo artrosis tremenda de rodillas y no puedo subir ni bajar escaleras y estaba en mi peor momento de dolores, pero ellos me dieron la alternativa para no tener que hacer tantas escaleras. Se portaron de maravilla. Nos dieron una habitación preciosa con unas vistas increíbles y muy tranquila. El olor al entrar a la habitación es riquísimo. Tenia una terraza que disfrutamos mucho donde mi marido hacía yoga todas las mañanas oyendo a los pajaritos. Las chicas que nos hacían la habitación nos cuidaron muchísimo, un saludo para ellas! La 1a noche reservamos para cenar en su restaurante porque había leído que era bueno y no nos equivocamos: ES EXCELENTE. Nos quedamos todas las noches a cenar allí. Volvíamos de nuestras excursiones con una sonrisa en la cara porque sabíamos el deleite culinario que tendríamos de noche. Os recomiendo encarecidamente que cenéis al menos 1 vez para que comprobéis de lo que hablo. El restaurante es precioso y daba gusto sentarse en nuestra mesa preferida viendo la puesta de sol. Y toda la gente que trabaja allí es muy profesional y muy atentos. Los desayunos también eran maravillosos. La piscina es pequeña pero coqueta. Tienen parking. Felicidades a los dueños por este proyecto tan bien conseguido! Calidad 100%! Y mandaros un saludo afectuoso a todos los profesionales que trabajan allí por todos los consejos tan buenos que nos dieron que hicieron que nuestra 1a visita a Galicia fuera una delicia!

Un complejo hotelero en plena naturaleza, con diferentes estancias y rincones encantadores. Dispone de piscina, restaurante, cafetería. Habitaciones bien equipadas y cómodas. Nos alojamos dos noches. Nuestra habitación, tenía vistas a la piscina y los viñedos. Terraza para ver el atardecer. Armario amplio. Rincón para poder trabajar o leer. Baño equipado y sostenible. Amenities por cortesía variados.

El hotel Quinta de San Amaro es un lugar increible, situado entre vinyas de Albariño. Nos sorprendio la calidad y la calidez de sus detalles, tanto en habitaciones como en sus zonas comunes. Cuidan extremadamanete al cliente. Todo esta cuidado al maximo, servilletas con sus iniciales bordadas, su olor a limpio en todas las estancias, su maravilloso jardin...Su desayuno buffet es espectacular, todo buenisimo , y su cafe recien hecho que puedes pedir cuando te apetezca. Y lo mejor, la amabilidad y el buen hacer de Nacho y Teresa. Grandes profesionales y mejores personas. Todo un acierto la eleccion para unas vacaciones en calma.