Hotel Balneario de Lugo

Llevamos 2 días en el balneario y después de leer algunas opiniones desfavorables, nos sorprendió encontrarnos con todo lo contrario. Está superlimpio, las instalaciones muy bien y las comidas sanas y bien preparadas .En fin, estamos muy contentos

Fuimos mi marido y yo cuatro días en Agosto 2025, la habitación con vistas bonitas al río miño y puente romano, el baño con bañera y cortina de plástico, (incomoda para gente mayor, cojimos solo desayuno que era pésimo, solo pan y bizcocho nada de bolleria, zumos industriales, fruta escasa, y de lo que se trata del balneario, controlado el tiempo en piscina, sin chorros ( solo una cascada) y 10 minutos, te sientes con el tiempo limitado para los 49 € que dura el circuito es caro. No volvería seguro 👎🏻👎🏻👎🏻

La habitación estupenda , las camas super cómodas. La limpieza un diez. La comida genial, escoges entre dos primeros y dos segundos. Comida muy sana, poca grasa, muy variada, no faltan pescados , carnes y verduras. Riquísimo cocinado. Comíamos tod@s junt@s. Hay un horario de comedor. Lo que más me llamó la atención fue la falta de puntualidad de algunos usuarios. Hasta tres cuartos de hora. Solían ser siempre los mismos. Es una falta de educación, tener que dejar de servir por empezar con el primer plato a esa gente. El tratamiento muy bien. Gracias a todo el personal por el trato recibido a mi madre y a mí. Los alrededores son preciosos. Volveremos el año que viene. Gracias.

Estancia cómoda

Tres aspectos a considerar para la elección de un balneario, y aplicados al Termas Romanas de Lugo. 1- El hotel es un tres estrellas, y aunque correcto, es junto con el Virrey Palafox, en el balneario Fitero II, lo más básico que he encontrado. La habitación que he ocupado es sencilla, mobiliario sencillo, y provista de y un mini televisor. El baño, también sencillo y muy austero en complementos. La limpieza es correcta, y el personal muy amable.A destacar las vistas al río Miño y al puente romano. 2- En cuanto a la restauración, el desayuno, tipo buffet, también muy básico y perfectamente prescindible. Mejor las comidas, con posibilidad de elegir entre dos opciones, bien elaboradas y suficientes, aunque nada destacables. 3- Y lo más importante, el balneario. De la bondad de sus aguas da fe el olor desagradable que se percibe al principio y al que rápidamente uno se acostumbra, no resultando molesto. En cuanto a los tratamientos, lo principal, son rotundamente decepcionantes. No dudo de que sean beneficiosos, pero comparados con los que se ofrecen en otros balnearios, y he visitado muchos, sale muy mal parado. Sin duda los peores que he recibido en muchos años. No cabe la excusa de que es un programa de termalismo social, porque también lo eran todos los demás que he disfrutado. La cercanía al precioso casco histórico de Lugo, es lo único que me ha resarcido de esta mala experiencia.