Guest User
May 13, 2024
Ubicado en el encantador Livingston, un destino al que solo se accede en barco. Partimos de Río Dulce en una embarcación que avanza tan rápido como su motor lo permite, ya que la oscuridad está próxima. Inicialmente cruzamos un lago donde el viento agitaba ligeramente el agua y navegamos hasta la entrada al río, donde la navegación es más tranquila y la embarcación nos deja en el muelle del mismo hotel, con vistas al mar Caribe. Se accede a la recepción a través de un conjunto de escaleras que luego llevan a las habitaciones. Afortunadamente, un servicio amable y eficiente nos ayuda a subir los escalones. Nos asignan un bungalow con vistas espectaculares del mar y el muelle del hotel. Aunque la habitación no es muy espaciosa, es muy limpia y ordenada. El baño, al igual que el resto del establecimiento, tiene un estilo rústico y es ventilado y cómodo. La conexión wifi en todo el hotel es excelente. Tanto la cena como el desayuno se sirven en la mesa, con la opción de elegir el desayuno que más nos guste. La ubicación es ideal para pasear por el pueblo o hacer excursiones desde el propio hotel, siempre en barco. Es un destino recomendable para desconectar unos días de la rutina.
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