Rondador Cotopaxi

Fue un lugar muy lindo y acogedor, nos dieron una excelente atención, la comida muy deliciosa y un paisaje demasiado hermoso, también en la parte de afuera tenían animalito como llamas y patos, etc. A lo que llegamos nos entregaron rápido la comida.

El Rondador Cotopaxi Hostel es un lugar acogedor y recomendable para aquellos que buscan aventura y relajación cerca del volcán Cotopaxi. Ofrece habitaciones simples, dobles y triples con vistas espectaculares a las montañas circundantes. El personal es amable y servicial, y la comida es deliciosa.

Rondador Cotopaxi ofrece un servicio excepcional en su restaurante, con atención cálida, platos deliciosos y un ambiente acogedor que realza la experiencia gastronómica en medio de la naturaleza un servicio excelente y atención amable

"El Hostal Cotopaxi es un refugio acogedor en las faldas del volcán Cotopaxi. Ofrece habitaciones cómodas y un ambiente cálido, ideal para descansar después de un día de exploración. El personal es amable y atento, y la vista del volcán es impresionante. Es un lugar perfecto para conectar con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad de la montaña. Si buscas una experiencia auténtica en la sierra ecuatoriana, el Hostal Cotopaxi es una excelente opción. ¡Ven y descubre su encanto!" (99 palabras) "El Hostal Cotopaxi es un refugio acogedor en las faldas del volcán Cotopaxi. Ofrece habitaciones cómodas y un ambiente cálido, ideal para descansar después de un día de exploración. La vista del volcán es impresionante y el personal es amable y atento. Es un lugar perfecto para conectar con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad de la montaña. Los senderos cercanos permiten explorar la belleza natural de la zona. Si buscas aventura y paz, el Hostal Cotopaxi es una excelente opción. ¡Disfruta de tu estancia y descubre la magia de Cotopaxi!"

Una experiencia deliciosa con vista al Cotopaxi Pasamos por El Rondador casi por casualidad y fue una grata sorpresa. El restaurante tiene una vista espectacular al volcán, así que ya desde el inicio el ambiente te atrapa. Pedimos trucha y sopa de papas, y todo estaba delicioso, bien servido y con ese sabor casero que uno busca cuando sale de la ciudad. La atención fue súper amable, se nota que les importa que el cliente se sienta bien. Nos ofrecieron jugos naturales y hasta un postre típico. Todo en un ambiente tranquilo, familiar y muy acogedor. Sin duda volvería, fue una linda experiencia en medio de un paisaje increíble.

La sopa de gallina tuvo un sabor casero delicioso, con un caldo bien sazonado que me recordó a la cocina tradicional. El tallarín con trozos de carne y salsa bechamel estuvo cremoso y sabroso, equilibrado con la ensalada fresca y el jugo natural. Supongo que la dedicación del personal y su amabilidad hicieron que toda la experiencia fuera aún más agradable y acogedora.