Alp Hotel Masella

Nuestra agencia de confianza nos lo recomendó. Y fue todo un acierto. El apartamento es acogedor, no le faltaba de nada (incluso lavavajillas). Una preciosa terraza y en la parte de arriba un solárium. Las vistas increíbles daban a una magestuosa piscina infinity donde podías apreciar una bonita cala. Verónica una de las chicas de recepción encantadora. Recomiendo este conjunto hotelero para ir con la familia o en pareja. Hay parque para niños, mínimo golf, etc. En fin espero que disfrutéis si os animáis tanto como lo hicimos mis hijos y yo. Y sobretodo la visita a Menorca te deja las ganas de volver.

Llevamos años visitando este Hotel en el mes de Agosto y creo que es recomendable alojarse aquí para recorrer la zona. Es eminentemente familiar, la atención por parte de todo el personal te hace sentirse como en casa, todas las comidas eran buffet libre y estaban muy buenas. La piscina interior no se puede utilizar porque está deteriorada pero tiene una exterior. Gran salon. A destacar la profesionalidad y cercania de Paqui. Muchas gracias por cuidarnos una vez más a todo el grupo que estuvimos de CL

Hotel situe à 1600m d'altitude. Cadre agréable au pied des pistes. Accueil courtois et souriant. La réceptionniste parle français. Piscines extérieure et intérieure fonctionnelles avec vestiaires. Chambres spacieuses avec déco simple. Double fenêtre pour isolation vers l'extérieur. Par contre, phoniquement mal isolé, on entend les conversations et les ronflements de la chambre voisine. Salle de bain hors d'âge avec rideau de douche. Les sanitaires mériterait un rajeunissement. Petit déjeuner simple sans tralala. Restaurant pour dîner en self style cantine, sans exploit. En résumé, adapté pour petit budget en été mais un peu court pour un 3*

Hemos vuelto despues de 11 años, es nuestra tercera visita ya y no nos ha decepcionado. Hemos pasado unos dias de vacaciones geniales. Estos dias ha habido pocos huespedes y ha sido muy tranquilo, temía que los niños se aburrieran pero el equipo de animación es genial, lo han disfrutado muchísimo. Para los mayores los animadores geniales también con las excursiones. En definitiva, repetiremos en cuanto podamos!!! Gracias Alp Hotel Masella. Todo el personal del hotel sois fantásticos!!

Hotel muy viejo . Le falta reforma . Colchones de muelles q no te dejan dormir . Solo te hablan en catalán y si no lo sabes es difícil comunicarte con el personal . No funcionaba el secador de pelo de la habitación . La tv la tiene sin sintonizar la cadena primera y segunda ….. la comida de hospital . La persona q controla el aforo del comedor por COVID , deja pasar arbitrariamente a quien es cliente habitual y los demás hacemos cola interminables …. Muy poc profesional …. Ah !!! Además tienen el portaesquis roto y te dicen q no saben cuándo estará arreglado y q metas los esquís en la habitación …..No volveré y no lo recomiendo

Fuimos a esquiar un adulto y un niño. La ubicación es perfecta para ir a esquiar. Prácticamente a pie de pista. Habitación con dos camas individuales y una litera. Al estar cerrada, la habitación tenia espacio suficiente para sacar las botas y que se secasen. Suelo de moqueta (aquí ya para gustos), una pequeña mesita y dos sillas. La tele funcionaba bien y se veían todos los canales nacionales y autonómicos. La tele tenía usb, por lo que si llevas una memoria usb puedes ver pelis (nosotros siempre llevamos uno). El baño, correcto, para mi gusto sobra el bidé, ya que está pegado al inodoro y apenas hay sitio. Tiene bañera y el agua sale bien. Te dejan gel y champú suficiente para cada día. Los colchones estaban bien, descansamos perfectamente. La calefacción es central y no se puede regular. Tal vez un poco de calor para dormir. Comida: Nosotros hacíamos desayuno y cena. Ambos correctos, sin lujos pero para mi gusto variado. Siempre había verdura, pescado y carne en la cena. Varios tipos para niños y bastante fruta. Había determinada comida que podía mejorar, pero en general correcta. El comedor tenía el aforo al 50% y si que había mesas que no se usaban. Esto provocó esperas para entrar al desayuno y cena. Las zonas comunes eran amplias. Si que hubo mucha cola para el check in, pero llegamos muchos al mismo tiempo. Más lento de lo normal por la petición de pasaporte covid, pero en esta época hay que llevar paciencia. Por las mañana se veía como desinfectaban la cafetería y salón, por lo que por ese aspecto bien. El personal correcto, todos nos hablaron en castellano (aparentemente poco personal tenía acento catalán). La piscina no la usamos pero si la vimos y parecía pequeña para para tanta gente. Debido al covid, el mini club estaba cerrado. El día de salida, nos dejaron cambiarnos en el vestuario de la piscina. El aparcamiento, pues si tienes suerte y aparcas cerca, bien, sino, en cuanto la gente que va a esquiar y se marcha al acabar la jornada, dejan mucho sitio cerca del hotel. No se respeta la zona habilitada para BUS en la puerta y eso parecía el parking de una discoteca, coches encerrando a otros. Buena experiencia y recomendable.

Bufete de cenas con ninguna calidad, y oferta mínima consistente en: fritanga variada a base de croquetas, nuggets y patatas fritas, junto pizza, espagueti, y salchichas...(foto). También embutidos de calidad acorde con lo anterior: lonchas de queso de barra, pavo, chorizo y un fiambre cuadrado que intentaba parecer jamón con mas nervio que carne.(foto) La nevera de yogures y helados, era digna un supermercado desabastecido en los primeros días de confinamiento... (foto) El desayuno andaba a la par, con el mismo surtido de “embutidos” de la cena, además de bollería industrial y pan; si pretendes comer algo caliente, no busques huevos revueltos, fritos o de ningún otro tipo, no tienen (nos dijeron que antes si que ponían, “pero hace tiempo que ya no”) y lo más parecido al beicon, era una fuente de medias salchichas tipo frankfurt (sí, frankfurt para desayunar). Todo un paraíso culinario para cualquiera de los CENTENARES de adolescentes sin supervisión eficaz que literalmente INVADÍAN todo el hotel, desde la piscina a la sala de juegos, y por supuesto el comedor, donde se amontonaban frente a las bandejas de comida (foto)… Tengo que hacer mención especial al jefe de sala, que al ver que eramos una familia con dos niñas (quizás la única familia alojada en todo el hotel) nos hizo pasar de los primeros para que pudiésemos coger la cena antes del asalto de los escolares, GRACIAS. Tal cantidad de estudiantes “sueltos” se tradujo en una noche de constantes portazos, música a todo volumen en dormitorios, golpes constantes de literas, gritos y gente carreteando por los pasillos. Todo esto hasta mas dela 1 de la madrugada, incluso habiendo avisado a recepción en varias ocasiones, lo que no sirvió para nada. En el momento de marcharnos nos quejamos de nuevo en recepción y quien parecía ser la responsable, lejos de un intento de disculpa, nos dijo sin inmutarse que era lo habitual, que siempre tenían lleno de grupos escolares y que SIEMPRE AVISABAN a los clientes en el momento de reservar , lo cual en nuestro caso es totalmente falso ya que los únicos correos recibidos por su parte fueron los de confirmación de la reserva, que se hizo directamente al hotel sin ningún intermediario o plataforma.