Hotel Cumbres de Atacama

Antes que nada me gustaría destacar la amabilidad de todo el personal, muy especialmente Sebastian, en la recepción, siempre atento a satisfacer todas nuestras necesidades y Andrea que nos trasladaba al pueblo. El hotel es hermoso, con varios ambientes comunes, muy amplios, bien decorados, integrado al entorno de Atacama. Las habitaciones son muy cómodas, con mucho espacio de guardado, con una terracita, baño espacioso con toallas de calidad suprema. La limpieza de la habitación, así como de los espacios comunes, muy buena. Tuvimos reposición diaria de botellas de agua en el frigobar(cortesía del hotel), con excepción de algunos días, pero hay dispensers en la recepción para disponer del agua necesaria. El desayuno es muy completo y variado. Incluso tiene un sector sin gluten en el que, con los cuidados necesarios, podrían sumar algunos de los alimentos del sector general. Lamentablemente debo corroborar que, tal como escribieron varias personas antes que yo, la zona de la pileta está muy lejos del estándar del resto del hotel. Está muy descuidada la pintura, las tablas de madera del borde de la pileta con astillas, ni la ducha ni los hidromasajes funcionan… En fin, es una pena que se haya dejado caer en ese estado una zona que está diseñada para el disfrute, en un entorno bellísimo. El hotel se encuentra bastante alejado del centro de San Pedro, pero el servicio de traslado desde y hacia el hotel fue muy eficiente durante nuestra estadía. Es una pena que recién comience a las 13 horas y termine a las 22, lo que hace imprescindible volver del pueblo antes de esa hora. La segunda noche, después de haber cenado y firmado la cuenta con el número de nuestra habitación un empleado se apersonó a la habitación queriendo cobrarnos, cuando mi esposo ya estaba en la cama a punto de dormir y no se quería ir sin tener en cuenta que ya habíamos dejado nuestra tarjeta como garantía en la recepción. La Salvando ese incidente desagradable, la experiencia en general fue muy satisfactoria.