Mitico Puelo Lodge

El Mítico y su entorno son soñados, impresionante la vista del vuelo de aves y arboles nativos. Amplias habitaciones con camas muy cómodas, el hotel cuenta con múltiples salas de estar con amplios ventanales para disfrutar de la lectura o conversación. El restaurante y bar son muy variados y todo muy rico. Destacable la calidez y atenciones recibidas por su anfitriona María Jesús

Comenzar diciendo que veníamos con las expectativas muy altas por recomendaciones de terceros. Al llegar me di cuenta de que visualmente, esas expectativas se iban cumpliendo, el lodge estaba ubicado en un lugar maravilloso, las instalaciones son visualmente bonitas, bien sureñas y daba la sensación de estar en un lugar único para relajarse. La primera sorpresa me la llevé al entrar a la habitación, esta se encontraba en una situación un tanto deplorable, ya que eran bastante viejas y con poco mantenimiento. Los closets tenían una especie de alfombra sobre ellos que tenía manchas y daban sensación de suciedad y los baños tenían una luz tenue que no lograba iluminar todo de gran manera, además las duchas eran bastante viejas, con piso de madera y una regadera que tenía una débil presión de agua. Además, las piezas tenían paredes un poco débiles, se escuchaba harto ruido de otras habitaciones e incluso uno de los días que volvimos de un trekking (estábamos cansados y queríamos dormir un rato) estuvieron martillando toda la tarde, provocando un ruido que no nos dejó descansar en paz. En mi opinión en el servicio es donde más se cae el Lodge, en ocasiones te sientes molestando a los trabajadores por pedir cosas básicas como cubiertos o algo para tomar a la hora de comer. Por poner un ejemplo, llegamos a eso de las 3 de la tarde luego de un largo viaje, con ganas de ducharnos y almorzar, la primera noticia con la que nos encontramos fue que no tenían agua caliente en ese horario, ya que funcionaba con una caldera que prendían en la mañana y en la noche, por lo que no me logré duchar. A la hora de almorzar nos trajeron unas pizzas bastante ricas (aunque un poco pequeñas), pero al preguntar por algún postre nos respondieron que no tenían nada para darnos y que iban a ver que podían hacer (esto puede ser algo entendible por la hora en la que llegamos,). Luego para saciar nuestras ganas de postre nos ofrecieron un “bol de frutas”, y nos trajeron un bol de sandía, la cual al probarla tenía un gusto peculiar a cebolla. Todos los servicios adicionales que cobran son excesivamente caros y sinceramente creo que a nivel precio/calidad, el lodge no vale tanto la pena, aunque la ubicación sea una maravilla. Puntos positivos a destacar son la ubicación, el administrador que esta constantemente pendiente a las necesidades y a pesar de los arreglos que necesitan ciertas cosas el buscaba soluciones y el lanchero que era muy servicial.

Pésimo. Es un lugar bonito pero el servicio es realmente malo. La ducha salía fría y con poca potencia. No hay variedad de alimentos y las porciones son pequeñas. Cuentan con un desayuno a la mesa muy básico y realmente la disposición es muy mala.