Hotel Kapllani

Es una pena que pudiendo tener un hotel encantador no cuiden los detalles Habitaciones oscuras ,sin luz natural y muy incomodas,sin vistas Nos enviaron un mensaje por booking que solo limpiaban si se solicitaba,asi lo hicimos y NADIE vino a limpiar ni reponer toallas o papel higienico que tuvimos que pedir La persona del turno de dia que hace a la vez de recepcionista y de camarero no se entera de nada.Nos lio en el checking (viajamos 2 parejas) ,se confundio etc El wifi no funciona bien en las habitaciones El restaurante es otro desastre pero por el servicio,traen bebidas pero no vasos,traen la ensalada pero no aceiteras,traen la comida (tardan mucho) pero no cubiertos,hay que ir llamando al camarero a cada momento ( el del horario de cena es mas apañado pero tampoco esta a la altura) Y sobretodo hay mucha suciedad en los asientos ( los de pelo ),da grima sentarse ahi,y en toda la decoracion,nunca se ha sacado ahi el polvo Solo les felicito por la gestion de poder tener un pastel de cumpleaños que pedimos y unas flores que encargue para la cumpleañera aunque me las pusieron en mi habitac (el recepcionista se equivoco de habitacion como no) Desayuno bueno Parking NO tienen,se aparca en el publico que es descubierto Les animo a mejorar estos detalles y todo estara mejor

El hotel es nuevo. En el barrio de Gorica, cruzando el puente, entre las construcciones clásicas otomanas. Ubicación excelente. Las habitaciones están totalmente equipadas y diseñadas con un gusto exquisito. Aire acondicionado y wifi. Todo nuevo y en perfecto estado. Desayuno fantástico. El personal muy amable. Hay que aparcar en un parking cercano o cruzando el rio en la vía pública. Altamente recomendable, como la ciudad.