Hotel Virrey

La habitación muy amplia, con buen armario, las camas cómodas, el baño completo y todo muy limpio. El desayuno estupendo y el menú del restaurante genial. Sin duda repetiriamos. Lo que más agradecemos es que pudimos alojarnos con nuestra perrita.

Hemos dormido una noche en el hotel. Habitación familiar grande con 2 camas de 1,35 para 2 adultos y 2 niños. El baño espacioso aunque necesita reforma (cambiar la bañera con cortinas por 1 ducha con mampara). La baldosa del suelo muy bonita. Las almohadas eran muy blandas, imposible descansar bien (en la reserva solicité almohadas extra pero ni caso). Es necesario sustituirlas. El balcón a la calle principal (tráfico nocturno intenso) muestra la vista de la montaña con las cuevas y el castillo, iluminado de noche, muy bonito. La cena exquisita: cantidades generosas muy bien cocinadas: fideuá de setas, vainas al pimentón, canelones, las carrilleras de ternera muy sabrosas; comida casera y de calidad. El comedor pequeño pero acogedor. El desayuno buffet variado: zumos, café, leche, embutidos, bollos, fruta, cereales, yogures... incluso sobres de cola-cao y de café descafeinado, k no siempre lo sirven en otros hoteles. En general hemos estado a gusto, es un hotel pequeño y acogedor. El personal amable. Buena relación calidad - precio.

Habiamos estado comiendo el menú del día hace 2 años y repetimos; las cantidades enormes, la relación calidad precio muy buena y la atención del camarero inmejorable, atento, al detalle. Habíamos leído las criticas y nos daba desconfianza pero decidimos volver porque no creíamos que hubiera empeorado tanto en esos 2 años,y nos siguió cubriendo expectativas, así que repetiremos. Un menú con postre,cantidades hasta en exceso y con la botella de vino recién abierta para uno con su gaseosa por 17€, ¿qué más quiere la gente?.

Para empezar, las almohadas son planas, la ducha tenía cortinas. El desayuno de materia prima escasa y de baja calidad. En el comedor las paredes están sucias y necesitan un mano de pintura, las sillas anticuadas y con poca higiene. El mobiliario de la habitación muy pobre. En conclusión, no volvería.

Después de avisar de que uno de los comensales era vegano y decir que no habría ningún problema, el menú que se ofertó vegano consistía en Borraja con patatas y fruta. Decepcionante. Se lo podrían haber currado un poquito más.

Nos lo recomendaron en el mismo Arnedo. Hacia que no comía unas borrajas tan buenas desde que vivía con mis padres. Mi pareja comió alubias y también deliciosas. Muy recomendable. Y el camarero es como los de toda la vida.